Foto de Thomas Lefebvre en Unsplash

Por Belén Sánchez

MOOC es el acrónimo en inglés para Massive Online Open Courses que se traduce como Cursos Online Masivos Abiertos.  Estos cursos en línea están dirigidos a grandes audiencias y han permitido masificar educación de calidad por medio del Internet.  Los MOOC responden al principio de educación abierta, pues no exigen al estudiante el rendir una prueba de conocimiento previo registro en el curso o un pago por acceder al contenido del mismo (aunque puede requerir pagos para obtener certificaciones académicas, tutoría, etc.).

Actualmente, existen cerca de 5.900 MOOCs  disponibles.  Puedes aprender a programar de una manera rápida y divertida en Codeacademy, o tomar un curso para analizar datos en Coursera o Edx o puedes  aprender un nuevo idioma en Duolingo.  Prestigiosas universidades como MIT, Harvard y Stanford están utilizando esta herramienta para poder llegar a más estudiantes utilizando menos recursos.

Los cursos MOOC se han convertido en una alternativa muy importante para la educación continua de adultos.  Muchas empresas están aprovechando estos cursos para garantizar que sus empleados se mantengan al día con las habilidades digitales, tecnológicas y de negocios que los mercados globales están demandando.

Sin embargo, los MOOCs enfrentan varios retos.  El primer reto se refleja en la alta tasa de abandono de los cursos en línea.  Un estudio realizado en el año 2013, demostró que tan solo un 4% de los alumnos registrados en Coursera finalizaron sus cursos.    Entender los comportamientos y motivaciones extrínsecas e intrínsecas de los estudiantes es vital para innovar los procedimientos e incentivos que les ayuden a culminar los cursos exitosamente.

Otro reto está relacionado con el público que accede y se beneficia de estos cursos.  El estudio realizado por Zhenghao C. y  Alcorn B., señala que 80% de los estudiantes  de un MOOC son jóvenes que ya cuentan con un título universitario, 60% de ellos tienen un trabajo a tiempo completo y 60% de ellos provienen de países miembros de la OECD.  Por lo tanto, el reto sobre cómo extender el acceso de estos cursos a personas de países emergentes, desempleadas y sin estudios superiores sigue vigente.

Adicionalmente, los diseñadores de MOOCs reconocen que el no contar previamente con habilidades digitales y con hábitos de estudio pueden afectar el desempeño de un alumno o alumna.  Es por eso que se requieren herramientas y medios que permitan desarrollar este tipo de habilidades y hábitos a potenciales alumnos antes de iniciar un curso.

Existen iniciativas que están enfocadas en utilizar los MOOC como una solución para grupos de personas vulnerables.  El informe ¨Oportunidades de Aprendizaje Digital Gratuitas para Migrantes y Refugiados¨de la Unión Europea resalta que estos cursos representan una gran oportunidad para comunidades de migrantes y refugiados, quienes los utilizan para desarrollar nuevas habilidades mientras tramitan y esperan sus permisos de residencia, asilo o empleo.  Algunos ejemplos son el proyecto Welcomm o Jamiya.

Para finalizar, existe mucho optimismo sobre los cursos online masivos y abiertos y su potencial para democratizar oportunidades educativas.  Sin embargo, para garantizar una mayor inclusión se requiere profundizar en el análisis del comportamiento de sus usuarios y ponerlos en el centro del diseño de este modelo para encontrar soluciones a los retos que los cursos enfrentan.

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